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El reto de educar
El efecto Wow
11 agosto, 2014 by Alvaro Merino in El reto de educar

“Todos nacemos originales y morimos copias” Carl Jung
Buscamos jóvenes profesionales que tengan curriculums excelentes, que estén sobradamente preparados y para ello hay que hacer un trabajo desde que son pequeños. Entonces llenamos las agendas infantiles de actividades extraescolares, idiomas e incluso exigimos chino desde el jardín de infancia.
“Cuanto antes empiecen, mejor”. Una frase que se repite de manera constante en muchos padres preocupados por preparar a sus vástagos para un mundo complejo. Les preparamos para una realidadque va a ocurrir 20 ó 25 años más tarde y de la que no tenemos ni idea de cómo va a ser. Les inscribimos a clases de informática para que aprendan un conocimiento que estará obsoleto en poco tiempo y se nos olvida que somos nosotros los inmigrantes digitales. Ellos ya son nativos digitales y no tendrán ninguna dificultad en aprender la tecnología.

De hecho muchos gurús de Silicon Valley prefieren que sus hijos no tengan contacto con la tecnología hasta pasados unos años. Sin embargo, cuando son jóvenes nos quejamos de que están desmotivados, que han perdido determinadas actitudes imprescindibles para triunfar en la vida. Y entonces, ¿dónde nos hemos equivocado? ¿qué se nos ha olvidado en el camino?
Nos equivocamos cuando pensamos que el aprendizaje consiste en someter a los niños a estímulos externos y disciplinarlos para que adquieran conocimientos. Tomás de Aquino ya hablaba de que existían dos maneras de aprender: una desde el descubrimiento y otra desde la disciplina.
Aquí radica la diferencia. Se nos olvidó el sentido innato que los niños tienen frente al asombro. Este es el efecto WOW. Cada vez que sobreestimulamos a los niños desde fuera hacia dentro, matamos la capacidad que tienen para asombrarse y descubrir. Es decir, para aprender desde dentro hacia fuera. Esa es la manera más poderosa de adquirir conocimiento. Después ya vendrá la disciplina para anclar esos conocimientos. El asombro de un niño es su motivación natural y lógicamente, si no le ayudamos a alimentar ese asombro es muy complicado que el niño sea capaz de motivarse frente a situaciones nuevas y desconocidas. Al perder la capacidad para asombrarse necesitará más dosis de motivación externa para estar activo. Y entonces entraremos en el campo de los incentivos externos, tan perniciosos per sé, ya que llegan a extraer la peor versión de los adultos.

¿Qué contextos favorecen el asombro y el descubrimiento de los niños? Fundamentalmente los contextos de juego libre, poco o nada estructurados que permiten que se estimule su curiosidad.
No es casualidad que un estudio realizado con ancianos demostrara la correlación entre curiosidad y esperanza de vida. Nuestro cerebro no deja de aprender si tenemos la voluntad para que continúe aprendiendo. Seguramente que esos ancianos curiosos fueron en su día niños curiosos que no dejaban de asombrarse.

Ser curiosos nos abre la puerta al conocimiento. Y un niño necesita descubrir a su ritmo, no al ritmo que le impone el adulto. El ritmo vertiginoso del adulto bloquea y estresa al niño dificultando su sentido del asombro, que requiere de un tiempo y de una intensidad adecuada.

De un niño podemos extraer dos claves para trabajar nuestra felicidad: Intensidad y asombro en cada pequeño momento del día.

Alvaro Merino

There are 10 comments on this post
  1. Victor
    agosto 11, 2014, 2:21 pm
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    Vaya verdad que nos estas mostrando. Hoy en día para nosotros es mas fácil pasarles el Ipad o prender el tele para que nuestros hijos se eduquen, o meterlos en cuanta actividad tenga el colé para que hagan cosas, a veces sin sentido. Un gran abrazo Alvaro y muchas gracias por el cariño que le pones a cada una de tus publicaciones.

  2. Abelardo Pinar Martinez
    agosto 11, 2014, 2:24 pm
    Leave reply

    creo que los niños deben jugar mas y tener menos obligaciones para tener mas frescura mental para poder desarrollar todas sus habilidades

  3. Jorge
    agosto 11, 2014, 3:43 pm
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    Casualmente, ayer leí una frase que está muy relacionada con lo que comentas. Es de Piaget y dice más o menos que cada vez que le enseñamos algo a un niño, le privamos de aprenderlo por sí mismo.
    Un abrazo.

  4. Allan
    agosto 11, 2014, 4:20 pm
    Leave reply

    Gracias Álvaro, me gustaron tu líneas y me recordaron esa famosa frase compuesta de Jung que me encanta!!

  5. Eleazar
    agosto 12, 2014, 11:44 am
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    Gracias Álvaro por todos los post que nos regalas cada semana. Había una frase que decía «me gusta aprender, pero no me gusta que me enseñes», y no puedo estar más de acuerdo en que en el aprendizaje debe de ser de forma intuitiva, intentando rehuir de los procesos mecanicistas y repetitivos. Gracias de nuevo y un fuerte abrazo.

  6. El Peón Coronado
    agosto 13, 2014, 5:45 pm
    Leave reply

    Álvaro, muchas gracias por tu artículo. Me has hecho reflexionar sobre la Curiosidad (permitidme que la escriba con mayúsculas), y plantearme algunas preguntas:

    1.- ¿Es la curiosidad productiva en sí misma? Es decir, pensando en la educación de los pequeños, simplemente con ser curiosos es suficiente para tener un desarrollo adecuado, ya que la curiosidad es intrínsecamente «sana», «productiva», «beneficiosa»… o, por el contrario, ¿puede la curiosidad ser perniciosa (si está mal enfocada y se dirige a la partes menos amables de la realidad)?

    2.- ¿Debe la curiosidad ser satisfecha de una forma «estructurada» para que los pequeños (y los no tan pequeños) aprendamos? O, ¿basta con que sea satisfecha de forma anárquica, aún corriendo el riesgo de ser perjudicados por una posible curiosidad perjudicial?

    3.- ¿Sería recomendable que los padres, por miedo a los efectos de la sobreestimación, dejaran a sus hijos en manos de la «fortuna» a la hora de satisfacer su curiosidad? O, tal vez, lo más responsable por parte de los progenitores es que se esforzaran en que sus hijos solo disfrutaran de la faceta productiva de la curiosidad. Claro que si hacen esto último, estarían estructurando la forma de satisfacer la curiosidad de sus hijos. Curioso, ¿no?

    Si alguno de vosotros tiene alguna respuesta…

    Alvaro, de nuevo muchas gracias por despertar mi curiosidad por la curiosidad.

    Un fuerte abrazo
    @ElPeONCoronado

    • alvaromerinojimenez
      agosto 14, 2014, 1:35 pm
      Leave reply

      Buenísima aportación. ¿Quien se anima a responder? Yo voy a darle vueltas.
      Millones de gracias

  7. Juan Trujillo (@Ateneanova)
    agosto 14, 2014, 6:31 pm
    Leave reply

    Jean Piaget, Jung, dos maestros para empezar a aprender. Gracias

  8. Erika Gatjens
    agosto 20, 2014, 5:23 pm
    Leave reply

    Claro!! El aprendizaje y el crecimiento son vivenciales…

  9. NUNCA ES TARDE SI LA REINVENCIÓN ES BUENA | pulgada a pulgada
    enero 19, 2015, 7:11 am
    Leave reply

    […] Reinventarte tiene mucho más que ver con soltar amarras y probar para equivocarte, probar para sorprenderte y probar para aprovechar todo lo nuevo que una oportunidad te brinda. Pero no esperes a que […]

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